“Un huesito para el muertito”
Con la llegada del día de muertos, la feria del hueso se presenta como un tributo a la festividad mexicana con un toque nostálgico que nos recuerda la ausencia de nuestros seres queridos, pero a la vez no llena de emociones al recordad las alegrías que pasamos con ellos en vida.
Desde sus tradicionales dulces, como las famosas calaveritas de azúcar, comidas tradicionales y las cañas de azúcar que solíamos y aun gustamos en estas ocasiones, donde despertamos a ese mexicano que llevamos dentro, pero no todo se centra en las comidas y los dulces, el lugar más importante donde se lleva este evento es el Panteon, del cual se trata en esta ocasión del más grande de Chihuahua: el Panteo Civil De Dolores, que también es reconocido como el más antiguo del Estado.
Al visitar el cementerio se puede observar a las familias que vienen a honrar a sus muertitos, cubriendo sus tumbas de flores coloridas según el gusto del difunto, entre ellas se puedo destacar los llamativos colores mezclados amarillos y blancos de los crisantemos, el vivo amarillo de las cempasúchil y el guinda de la mota de obispo.