VIDEOJUEGOS VERSUS DEPRESIÓN ¿QUIÉN SALE GANANDO?

La industria del videojuego no se libra de la depresión. Aunque muchas veces no sale a la luz, el número de desarrolladores o profesionales de este mundillo que se suicidan es muy superior de lo que cabría esperar. La mayoría de las veces, sus propios compañeros no llegan a ver cómo la depresión ha hecho mella en estas personas que, desesperadas, creen que la muerte es la mejor opción.

Es el caso, por ejemplo, de la programadora transexual Rachel Bryk, que se suicidó tras un brutal acoso por Internet, o del reportero freelance Matt Hughes, que se quitó la vida en 2012. Su muerte impactó a muchos miembros de la industria del videojuego, tal y como recogió en su día Kotaku, que se preguntaban si podían haber hecho algo por evitarlo. Al menos, su muerte sirvió para sensibilizar a algunos de sus compañeros, que tomaron medidas para evitar que algo así volviera a pasar.

Russ Pitts y Susan Arendt, dos editores que trabajaron con Hughes, sintieron que la muerte de Matt debía poner fin a la situación a la que se enfrentan muchos miembros del mundo de los videojuegos. Por ello fundaron en 2012 Take This, un blog en el que la gente de la industria podía compartir sus experiencias, pensamientos suicidas y hablar sobre la ansiedad que sentían. El blog fue un éxito rotundo, y acabó convirtiéndose en lo que es a día de hoy una organización sin ánimo de lucro que anima a los profesionales de la industria del videojuego a desahogarse. Grupos de apoyo, convenciones, clínicos licenciados… Take This ofrece todo lo que está a su alcance para erradicar la depresión.

Nos hacemos una pregunta. ¿Por qué la depresión está tan extendida en esta industria? Russ Pitts ha respondido recientemente a esa misma duda. “Tenemos datos que sugieren que la depresión es mucho mayor en la comunidad de los videojuegos” comenta. “Y sabemos que hay causas para eso. Sabemos que la industria contribuye a empeorar la situación mental debido al estrés de trabajar en videojuegos, el estrés de cambiar frecuentemente de trabajo, factores únicos de los estudios de videojuegos”.

La industria del videojuego es muy inestable, y cualquier detalle puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un videojuego. Además, los bombazos puntuales pueden acabar en cualquier momento, y muchos estudios son condenados a ser olvidados tras publicar un gran éxito. La situación es dura para los trabajadores del sector, y el 62% confiesa que sufre bajones importantes en su estado anímico al menos una vez al año.

Por suerte, Take This no es la única iniciativa que lucha contra la depresión. El desarrollador indie Michael Levall está trabajando en Please Knock on My Door, un juego en el que intenta mostrar lo que sufren diariamente los que padecen esta enfermedad mental. Pueden ver su tráiler a continuación. “Para muchos de nosotros, el trabajo es nuestra pasión, pero hay épocas en las que acabas quemado, y eso lleva a la depresión” explica.